Tres Tizas

7 May , 2014

Convencedores

Filed under: Tírame de la lengua — Etiquetas: , — Aster Navas @ 8:00 am

Lo siento. A estas alturas de la peli siempre me acaba saliendo un post como éste, una entrada en la que le doy vueltas a lo que hacemos en el aula; necesito estas líneas de catarsis, de terapia de grupo.

En estos veintisiete años de tiza he descubierto que somos fundamentalmente convencedores. El mayor número de nuestras neuronas lo empleamos en estimular, persuadir, disuadir, fascinar, seducir, embelesarengatusar, inducir, presionar, amenazar… El grueso de nuestra nómina paga ese esfuerzo; ese ímprobo empeño en el que cometemos una serie, inevitable, de errores.

  • En buena parte de los grupos por los que pasamos tropezamos con alumnos disruptivos. Si fuéramos al origen del problema -eludamos nuestra responsabilidad en el desaguisado- descubriríamos fallos de orientación y diagnóstico. Los encontramos demasiado tarde en aulas demasiado numerosas. Más que convencerlos, los presionamos, los amenazamos -vete a la calle, tienes un parte…- porque no quieren entrar en el vagón con la docilidad de los otros compañeros y el convoy tiene que partir. Esa conducta habrá producido -como en el siguiente vídeo- el consiguiente efecto dominó. Nos habremos mostrado convencedores pero habremos dejado de ser convincentes. Joselu, en Rebelde sin causa, describe muy bien este desencuentro.

  • Procuramos mostrarnos empáticos; salvar la distancia, sobre todo la emocional, que les separa de nosotros y del Neoclasicismo. No está mal como primer paso siempre que en el segundo sean ya ellos los protagonistas de su aprendizaje. Nada peor que un exceso de paternalismo o de identificación. Excelentes, al respecto, las recomendaciones de Santiago Moll para una gestión acertada de esa afectividad.

  • Las nuevas tecnologías son un arma de doble filo.
    • Corremos el riesgo de convertirnos en vendedores de humo si no las dosificamos, las ubicamos y las secuenciamos correctamente. Podemos engañarles y engañarnos. Será interesante volver la vista hacia atrás dentro de veinte años; en este momento las pantallas no nos dejan ver el bosque. ¿Qué grado de competencia analógica habremos conseguido o, en el peor de los casos, preservado?
    • ¿Qué crédito -por otro lado- puede tener para sus educandos un docente que no se sirve de sus canales? ¿Qué confianza puede ofrecerles un profe separado de ellos por una insalvable brecha digital
    • Recomendable y tranquilizador el artículo de Ainhoa Ezeiza, Aprendiendo a escribir sin coger el lapicero. 

Tras esta fe de erratas quisiera apuntar un par de certezas.

  1. Nada resulta tan educativo -también lo ha sido este curso- como el error, la dificultad, la equivocación; penalizarlo no beneficia el aprendizaje; lo estresa.
  2. Cada día este humilde convencedor está más convencido de que conviene trabajar por proyectos; de que nada resulta más convincente, más persuasivo, más estimulante.

Aster Navas

7 comentarios »

  1. Excelentes reflexiones, amigo mío, para un momento como este, que -al menos un servidor, un convencedor, a partir de hoy- vive con intensidad, pero con mucha incertidumbre… Tras taytantos años de docencia uno tiene algunas convicciones -pocas- que se acrecientan cuando levanta su mirada y observa su alrededor… «Dicen de un sabio que un día…»

    Entre esas certezas, sin duda, están las dos que señalas. El error es fuente de mejora, es motivo de revisión, no de penalización… Lo importante es el viaje -el ascenso al monte- no solo la llegada a la cumbre. Hoy en día, debería estar prohibido, penalizado -como se quiera decir- no trabajar por proyectos o no utilizar unas metodologías similares. Ya va siendo de hora de muchas cosas, ya no es tiempo de discusión: hay que actuar y no hay que cuestionar cada paso que damos. Seguridad, confianza e ilusión, tres pilares para seguir caminando…

    P.S.: Por cierto, deliciosos los vídeos, pero el de los ñus discutiendo, absolutamente imprescindible.

    Comentarios por Marcos Cadenato — 7 May , 2014 @ 2:06 pm

    • Gracias, Marcos.
      Creo que los vídeos hacen más llevadero el post. No me muevo bien en esta categoría de nuestra bitácora y estas pelis aligeran la incertidumbre que la entrada intenta reflejar o, al menos, ayudan a compartirla con una sonrisa indulgente.
      Me temo que somos convencedores -recuerda al «escribidor» (no escritor) de Vargas Llosa- en el sentido más connotativo del término. Es un verbo, además, compa, complicado; asusta bastante en su acepción de «ofrecer, transmitir fiabilidad, eficiencia».
      Un abrazo. Se agradecen los comentarios; ahora que despachamos casi todo -servidor el primero- con un tuit o con un like. «Qué tiempos, amado Adso, nos toca vivir», que decía Guillermo de Baskerville.
      Un abrazo.

      Comentarios por Aster Navas — 8 May , 2014 @ 8:18 pm

  2. Todavía me estoy riendo con el post. Buenísimos los vídeos y una gran reflexión.

    Comentarios por Maru — 7 May , 2014 @ 3:54 pm

  3. Al final de curso, yo creo que a todos nos asaltan parecidas reflexiones. Hay necesidad de hacer balance y casi siempre sale un poco pesimista lo cual está bien y nos permite avanzar porque aquellos que están encantados con lo que hacen se quedan fijados en el inmovilismo.
    En relación con el trabajo por proyectos, tareas… Parece mentira que una evidencia tan clara sea tan costosa de ganar adeptos. Tendrá algo que ver en esto el libro «detexto»?

    Comentarios por Blogge@ndo Seminario — 8 May , 2014 @ 10:24 pm

  4. Sí, chicas, que resulta difícil de entender esa resistencia a trabajar por proyectos. Por experiencia, una vez que pruebas esa metodología, ves la dinámica y el ambiente que genera y que las sesiones son más amables para profe y alumnos, te acabas «convenciendo».
    Un abrazo.

    Comentarios por Aster Navas — 9 May , 2014 @ 1:11 pm

  5. Edgard Romero Lazo

    Convencedores | Tres Tizas

    Trackback por Edgard Romero Lazo — 16 May , 2014 @ 6:22 am


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