Laura Serrano es Doctora en Teoría de la Literatura y Licenciada en Filología Hispánica y en Filosofía, pero -sobre todo- para mí es una buena amiga de la Asociación Aulablog. Conocí a Laura en el Encuentro que Aulablog celebró en Madrid en julio de 2011 cuando participaba en la mesa de principiantes. Y me llamó la atención. Nos llamó la atención a muchos. Su naturalidad, su cercanía, su entusiasmo, su locuacidad nos parecieron unas inmejorables cartas de presentación, pero, además, sus vastos conocimientos de Lengua, de Literatura, de Psicología, de Filosofía … ¡y de Tecnología! A pesar de estar en la mesa de novatos tenía mucho que enseñar y los demás mucho que aprender de ella. Basta con que echéis un vistazo a su espléndido blog: El Laurel de Apoyo.
Hoy nos recomienda una de sus últimas lecturas y lo hace, como siempre, con un entusiasmo y una profundidad, diganas de admiración. ¡Muchas gracias, Laura, por compartir con nuestros lectores, tu trabajo y tus inquietudes!
Marcos Cadenato
El Estado contra natura y otros cuentos de Luis Martínez Mingo
«Gracias a Tres Tizas, que me invitan a colaborar en su blog y, sobre todo, a Marcos Cadenato, que ha insistido en cederme palabra, espacio y libertad temática. Para ser, según, el espíritu 2.0, un medio más entre tanta gente estupenda, aprovecho la ocasión que me brinda el norte, para un chinchín por un logroñés: Luis Martínez Mingo.»
Creí que era un compromiso cuando me pasaron este librito de un compañero para que le echara un vistazo. Mira que si no me gusta y a ver cómo escurro el bulto con diplomacia…Suele pasar. Pero, con alegría surrealista, he disfrutado ya el libro desde la edición. Pepitas de calabaza, “una editorial con menos proyección que un cinexín” presenta un tamaño cuco, manejable y como de móvil, con ilustraciones divertidas y siniestras a la par, a cargo de Estíbaliz Mintegi, con un toque caprichoso y goyesco, que presagia el contenido morbosamente locuaz.
Luis es un riojano, que entrevera, como la panceta, provincianismo celiano, veridicción narrativa y mágico realismo, con una mala leche de espanto y una acidez, que me ha divertido muchísimo en mis horas de metro. Muchos cuentos descansan, sospecho, sobre sucesos periodísticos o sucedidos locales, pero los tiñe de perversión y los fusila con cotidianidad
Cáustica y zurraspa de calzoncillo masculino. Porque son cuentos muy masculinos, eyaculados desde los veneros más literarios hasta las fantasías sexuales más cutres. Son divertidos. En su etimología: se separan de la tradición, mientras la lamen. Y así, en cada cuento, hay una referencia culta (Don Juan, Goytisolo, Poe, García Márquez, Salas Barbadillo, María Zayas, Don Rodrigo y la Cava, Bécquer) aliñada con asuntos logroñeses, casi siempre comenzados en el útero de las escaleras y los portales, entre vecinos, entre lo normal y lo sorprendente, entre lo monstruoso y lo tedioso. Juzgad los títulos: Smirnof, reclamo del Cabo de Hornos (Cocoon logroñés, diría yo), Pruebas de control (quizá homenaje a Hitchcok), La historia, al fin completa, del famoso Amante de los Bolsos, La raíz oscura de la emigración en Cameros, La reaparición, tras larga retirada, de San Miguel Arcángel en Logroño, Casa retomada, Confesiones de un guardagujas (uno de mis preferidos: absolutamente degenerado), La infamia del sprinter (Luis es de los pocos escritores deportistas, amén de bicicletero, con perdón), Non plus ultra, La leyenda de la Playa Roja, El Estado contra natura (Que narra los amores del Capitán Montoya con Carmen, su yegua y que da título al libro), Príapo y el Simún y, por último, dos alhajas, El Crisol, agencia de viajes (donde se prometen aventuras a los turistas en un crucero en el que son sometidos a todo tipo de perversiones) y El hombre de las multitudes (cuadro de El Bosco a la manera más serenamente mortífera; un plato frío de horror de invernadero).
Tanto me ha gustado, que buscaré por mi cuenta títulos anteriores y esperaré alguno, que ya está para salir del horno…o de la letrina de un momento a otro.
Laura Serrano de Santos, El Laurel de Apoyo