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Verano 2010. Una playa del Mediterráneo. Un día espléndido: un sol radiante, un agua limpísima y refrescante, una arena suave bajo mis pies desnudos y La reina en el palacio de las corrientes de aire en mis manos. En la página 372, leía entonces:
“Erika meditó la respuesta un largo rato antes de responder. —¿Qué quieres decir?” —Es un presentimiento. Todo empezó cuando entré a trabajar aquí. Otras personas del periódico han recibido desagradables correos de El boli venenoso que parecen proceder de mí. —¿El boli venenoso? —Es el nombre que le he puesto a ese cabrón. —Vale. ¿Por qué has sido tú y no otra la que ha sido objeto de atención de El boli venenoso ? —No lo sé. —¿Hay alguna cosa que te haga creer que es algo personal?
Hablaban Erika Berger y Lisbeth Salander sobre un extraño personaje que amenazaba, agredía, intimidaba y extorsionaba; que permanecía oculto, en el anonimato, y al que la redactora de Milennium bautiza como El Boli venenoso…
Y yo, removiéndome intranquilo en mi silla de playa, repetía: “el Boli venenoso, el Boli venenoso…” Veamos, veamos, me dije un poco después delante de la pantalla de mi ordenador. Tecleé http://rae.es…:
boli. (Acort.). 1. m. coloq. bolígrafo.
bolígrafo. (De bola y ‒́grafo). 1. m. Instrumento para escribir que tiene en su interior un tubo de tinta especial y, en la punta, una bolita metálica que gira libremente.
venenoso, sa. (Del lat. venenōsus). 1. adj. Que incluye veneno.
veneno. (Del lat. venēnum).
1. m. Sustancia que, incorporada a un ser vivo en pequeñas cantidades, es capaz de producir graves alteraciones funcionales, e incluso la muerte. 2. m. Cosa nociva a la salud. 3. m. Cosa que puede causar un daño moral. 4. m. Afecto de ira, rencor u otro mal sentimiento. 5. m. Tecnol. Sustancia que frena un proceso físico o químico.
Y me dije: ¡ya tengo este curso una nueva sección para Tres Tizas!: El Boli venenoso, para denunciar, exponer, comentar, conocer y, sobre todo, compartir con todos los lectores, amigos y seguidores tresticeros aquellos errores, faltas, descuidos, equivocaciones, y disparates que vemos y leemos todos los días a nuestro alrededor. Queremos poner en la palestra, como señala la RAE, “todas aquellas cosas nocivas a la salud” ortográfica y “todas aquellas cosas que pueden causar un daño” visual, espiritual, estético, moral…
Nuestra intención no es dar una magistral sobre acentuación, ortografía, semántica o sintaxis. No. Queremos que en 140 caracteres (Twitter) podamos exponer y explicar algunas de esas situaciones que nos causan cierto sonrojo a los docentes en general y a los profesores de Lengua y Literatura en particular, pero en todos los ámbitos de la vida: el laboral, familiar, escolar, de amistad, en la calle, en la ciudad, en el campo, en la televisión, en la publicidad…
Ya existen en la red algunas iniciativas para denunciar estos engendros lingüísticos: el blog de nuestra compañera Silvia González, Lengüetazos literarios y su Ministerio de Sanidad Lingüística o los Acentos perdidos del articulista y corrector Pablo Zulaica Parra y muchos más… Nosotros queremos construir una gran base de datos a través de Twitter con estos monstruos que afean cuantos textos orales y escritos manejamos a diario… Para ello creamos a partir de este momento el hashtag denominado #elbolivenenoso y que entre todos iremos actualizando. Podemos seguirlo a través de este blog que hemos creado al efecto. En ese tuit recogeremos entrecomillado el texto original -sic, que decían los clásicos- de aquello que nos ha llamado la atención. Hoy os animamos a participar mediante comentarios a esta entrada y, sobre todo, en todo momento para alimentar el hashtag que hemos creado. Si lo consideráis oportuno podéis incluir un enlace con su fotografía correspondiente a través de Twitpic.
Mis bolis venenosos de este verano, a modo de ejemplo:
«AGUA Y REFRESCOS MÚ FRÍOS» (Le salva la ironía gráfica del cartel… :)) [AGUA Y REFRESCOS MUY FRÍOS]
«pero ke me estas contando coto si tu cuando salgas te vas a meter loco» (Uno de tantos sms de la televisión). [¡Pero qué me estás contando, Coto, si tú cuando salgas te vas a meter, loco!]
Marcos Cadenato