Tres Tizas

17 octubre , 2011

Clásicos de la literatura en cómic

Filed under: Blog, Literatura — Etiquetas: , — Carlos Diez @ 8:00 am

https://sites.google.com/site/litebeo/

LITEBEO (= Literatura + Tebeo) es un catálogo de cómics basados en obras literarias, sobre todo clásicos, pero también tienen cabida algunas obras menores y otras en las que el escritor es el propio guionista del cómic. De cada obra se recoge una ilustración de la portada, una página del álbum y los datos más importantes del mismo (guionista e ilustrador, editorial, año de publicación, número de páginas, etc.). El catálogo sigue un orden alfabético, según el apellido del autor de la obra literaria en la que se basa el cómic. Para encontrar algún nombre concreto de dibujante, guionista, alguna editorial o cualquier término, se puede usar el buscador de la parte superior derecha.

Esta recopilación se ha hecho pensando en el profesorado de lengua y literatura castellana, para que tenga a mano un listado de los cómics de obras literarias que aparecen en programaciones y manuales de la asignatura y pueda usar este recurso en sus clases.

Asimismo, se recoge un listado de generadores de cómics y los artículos, estudios, actividades, etc. que he considerado más útiles e interesantes.

Sé que hay muchas ausencias y algunos errores; si encuentras algún fallo o recuerdas algún cómic que falte, te agradecería que me lo comunicases. Gracias.

Carlos Díez

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22 marzo , 2010

En 45 palabras

Filed under: La digestión de la boa, PRL — Etiquetas: , , , , — Marcos Cadenato @ 9:00 am

Hace un par de meses hojeando una revista dominical, me encontré una interesante reseña bibliográfica: 90 clásicos de la Literatura para gente con prisas, de Henrik Lange en Ediciones B.

Fui a un par de librerías en Bilbao y, tras encargarlo, a los pocos días lo tenía en mis manos. Es un pequeño libro en cuya contraportada puede leerse: “La mejor Literatura en cuatro viñetas: un libro perfecto para gente con prisas y para todo el mundo”. Y pensé: y para mis alumnos también, que no tienen ninguna prisa, pero a los que puedo proponer una interesante actividad…

Con la traducción de Iñigo García Ureta, Henrik Lange propone 90 conocidos títulos de la Literatura universal en tan sólo cuatro viñetas y en 45 palabras. Y no es broma,  de la enorme lista entresaco: Un mundo feliz, El clan del oso cavernario, Drácula, Don Quijote de la Mancha, Fahrenheit 451, El código Da Vinci, Los tres mosqueteros, El Señor de los anillos, La Biblia, La Odisea, El guardián entre el centeno, Robinson Crusoe, Alicia en el país de las maravillas o 2001, una odisea espacial sí, sí, sí ¡¡en cuarenta y cinco palabras!!

Veamos un ejemplo. Título y primera viñeta. Segunda viñeta y texto: Alex y sus drugos beben leche y apalean a la gente. Tercera viñeta y texto: Lo llevan a una clínica y le aplican el método Ludovico: escucha a Beethoven mientras ve escenas de violencia. Cuarta y última viñeta y texto: Cuando sale, Beethoven y la violencia le ponen enfermo. La gente le pega. Ser bueno tiene sus cosas. ¿La reconocéis?, ¿la recordáis…? Bueno, que algún amable lector lo descubra en su comentario…

Pues con estos mimbres me dispuse hacer mi cesta, máxime cuando en estos últimos tiempos están triunfando Twitter, un servicio gratuito de de microblogging en donde – como sabéis- no puedes pasarte de 140 caracteres sin que se enfade el pájaro azul.  También siguen de máxima actualidad redes sociales como Tuenti, Facebook o la moderna Google Buzz en donde bien en un muro, bien en pequeños cuadros de texto las personas se comunican de manera sintética, lacónica pero útil y eficaz. Debo reconocer que mi paso por la redacción de un periódico durante una etapa de mi vida me permitió –me exigió, más bien- pasar de los grandes discursos, de los textos argumentativos sólidos y contundentes, de los larguísimos comentarios de texto de la Universidad a la síntesis del periódico: en titular y en el cuerpo de la noticia. Recuerdo un viejo sistema informático que no permitía romper una palabra en un titular –y por eso eran muy apreciadas letras como la l o la i y pelín complicadas la m o las ll, rr– o exigia determinado número de palabras en la información para dar el OK, porque sí, daba el OK y ya accedía esa noticia directamente a los talleres.

Bueno, pues mi cesta en estos momentos del curso se llama Memoria, del celebrado escritor Jordi Sierra i Fabra -del que nos hemos ocupado aquí en otra ocasión- un relato sobre acoso escolar que forma parte del libro colectivo 21 relatos contra el acoso escolar, del que iremos desgranando en éstas y otra páginas más actividades y experiencias, pues unos cuantos centros estamos trabajándolo y colaborando para erradicar esta práctica de nuestros institutos.

Como aperitivo, y como muestra de este gran proyecto, os dejo las presentaciones que han realizado mis alumnos del Programa de Refuerzo Lingüístico de este año (con errores incluidos). Espero que os gusten, os puedan servir y veáis con indulgencia el esfuerzo que les ha supuesto resumir unas cuantas páginas en un puñado de palabras y cuatro imágenes. No ha sido fácil, pero ha valido la pena…

Marcos Cadenato

7 mayo , 2009

Al cómic… porque se lo debo

Filed under: La digestión de la boa — Etiquetas: , — Carlos Diez @ 8:30 am

post-tres-tizas

Siempre he sido un aficionado a los cómics, desde niño; de devorador de tebeos en los 70 al cómic europeo de Moebius, Manara, Hugo Pratt, F. Bourgeon… e incluso al manga, pasando por los superhéroes de la Marvel, el underground de Roger Crumb, el Makoki del Víbora y el Mercenario de Segrelles en el Cimoc. Sin olvidar, por supuesto, a Asterix, Tintín, Mafalda, Snoopy, las Sturmtruppen… Incluso me interesé por la historia del cómic y, todavía sin los adelantos de Internet, descubrí a Yellow Kid y a Little Nemo en el País de los sueños.

Tal vez por eso nunca me ha gustado usarlo -aunque lo he hecho y a veces con buenos resultados- como sustituto o paso previo a una lectura más «seria». En mi biblioteca de aula alternan libros con cómics, sin partir de la premisa de que el cómic es más fácil de entender que un libro. Es más, creo que, como para la publicidad y el cine, en la comprensión y disfrute del cómic opera no sólo la competencia lingüística, sino también la competencia semiológica. Por eso creo que no debe usarse sólo como un recurso para adquirir destrezas lectoras, sino como una manifestación artística con entidad propia en la que se integran diferentes lenguajes y códigos iconoverbales.

Y ¿de qué material actual disponemos para trabajarlo? Así como la literatura denominada «juvenil» ha crecido en los últimos veinte años de una manera desorbitada -el problema ahora es la selección de obras de calidad-, casi no hay cómics dirigidos a jóvenes. Intentando incubar la afición en mi hija de 10 años he comprobado que la oferta es casi nula. Habrá -como decía Patxo– otros «estímulos más emocionantes«… (léase Nintendo, Play, Wii). O acudo a los mismos tebeos que leía yo con esos años, ¡como si no hubiera pasado el tiempo, qué dislate!, o a un tipo de cómic que por su contenido es para jóvenes de más edad. Quedan Yotsuba y algún otro manga, las Witch y Bone, el más recomendable. Con este último he trabajado alguna vez en el Primer Ciclo; para el Segundo Ciclo he usado, entre otras, las historias de Quotidiana delirante y Crónicas incongruentes de Migel Anxo Prado, los Paracuellos de Carlos Giménez,  el Maus de Spiegelman y Persépolis de Marjane Satrapi.

Pero, aunque no lo parezca, el propósito de este artículo no es hacer un recorrido por la historia del cómic o sus posibles usos educativos, que los tiene y muchos. Sino presentar unas pocas creaciones de un ex-alumno a quien tuve la suerte y el privilegio de enseñar algo de lengua y literatura en 3º y 4º de E.S.O., antes de que se fuera a cursar el bachillerato artístico. Y se lo debo porque casi suspende Lengua por no manejar suficientemente la sintaxis, ya que en 4º la estudiamos rápido y mal, perdimos el tiempo leyendo cuentos de Blasco Ibánez, viendo y comentando «Un perro andaluz» de Buñuel, o «El verdugo» de Berlanga, y charlando en los pasillos más de cómics que de subordinadas sustantivas.

Y ¿cómo justificar esta entrada en un blog relacionado con la educación y las TIC? Aunque sólo sea por la invención del correo electrónico, que me ha permitido seguir en contacto con este exalumno- y disfrutar de sus dibujos, su evolución, sus recomendaciones… y de su amistad. Se lo debo, se lo debía: al correo electrónico que permite adjuntar archivos; a los cómics, por los buenos ratos que me han hecho pasar; y a mi alumno, por hablar con él más de cine, libros y tebeos que de adverbios y proposiciones.

No me resisto a acabar el artículo sin recoger algunos enlaces de compañeros y de recursos que hay en la red para crear cómics; bueno, la parte «fácil» del cómic, la gráfica…; el guión, la parte más creativa, sigue corriendo a cuenta del usuario.

Carlos Diez

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