Este domingo pasado aprendí una lección más y no será la última «nunca des por supuesto nada, antes de que termine el partido«.
No suelo hacer apuestas deportivas, pero es que este domingo lo tenía tan claro… En Sevilla se jugó la primera fase del campeonato mundial de balonmano y entre los equipos del grupo que jugaban aquí estaba Dinamarca, los vi en directo en dos ocasiones. Qué lujo. Su potencia de juego y equilibrio entre los jugadores me maravilló. He jugado como portero veinte temporadas a este deporte y creo tener cierto criterio para evaluar el juego de un equipo. Tenía claro que España caería contra Dinamarca en la final jugada anteayer y por eso aposté por los vikingos. No iba a ganar mucho ya que la apuesta estaba a 1,85, por 2,25 la de los hispanos. Sin embargo, contra pronóstico España ganó y por mucho. Sus jugadores saltaron al campo sin pensar que el partido estaba perdido o que el hecho de haber llegado hasta la final era suficiente. Arrollaron a la actual campeona de Europa, que no había perdido un solo partido en todo el campeonato.
En muchas ocasiones muchos profesionales de la Educación nos enfrentamos a un aula con esa nefasta idea de «este partido esta perdido antes de empezar». Nos equivocamos. Nuestro bagaje, nuestras vivencias y nuestros partidos o temporadas pasadas (aunque sean pocas) nos amparan. Da igual que nos hayan pasado unos informes en los que describen la clase como un infierno; da igual que incluso nos hayan dicho que varios de los alumnos están cumpliendo medidas judiciales; incluso da igual que sepamos que al profesor del año pasado le tiraron una silla; da igual. Debe dar igual. Hay que salir a jugar el partido y a ganarlo.
Los alumnos como los jugadores de balonmano huelen el miedo, anteayer los Entrerrios, Aginagalde o Rocas olieron el miedo que tenían los Hansen, Markusen o Eggert y se los comieron, a pesar de que nadie incluidas casas de apuestas, creía en ellos.
Un amigo hace poco ha vuelto al aula y lo está pasando mal. Me gustaría publicar aquí un post redactado hace mucho tiempo que nunca llegué a postear.
Espero que le sirva a él y las personas que pasáis por aquí.
“Piensa bien lo que haces Papá; porque cuando he roto el jarrón estaba borracho y, además, sé quién eres y dónde vives”
Crédito de la viñeta: Ricardo y Nacho
Cuando trabajaba con adolescentes en un CIP (actuales PCPIs) había un decálogo implícito en mi forma de actuar… Equivocado o no, me resultó útil. Aquí lo comparto:
Decálogo para trabajar con adolescentes CON o SIN flictivos
2. No utilices la ironía. A veces no la entienden, con lo que estarás utilizando tu poder desmesuradamente.
3. El que más grita, más te necesita. No levantes la voz. Aunque ellos lo hagan. Anticipa las consecuencias de tus medidas correctoras. Nunca les levantes un castigo, incluso aunque creas estar equivocado. No hay vuelta atrás. Haz como ese arbitro que se ha dado cuenta de que ha errado al pitar un penalti y que luego lo compensa con otro al equipo contrario.
5. Mejor que no sepa mucho sobre ti, por lo menos hasta Navidad. Seriedad hasta entonces.
6. No le llames por su mote, confianzas las mínimas (ver punto 5). Ni mucho menos, les insultes (hay quien lo hace).
7. Interioriza la máxima: “La verdadera autoridad ante el grupo, no es la que a uno le otorgan, ni ejerce; sino la que realmente merece.»
8. Recuerda que esto es un trayecto de largo recorrido, no busques efectos a corto plazo. Llegarán.
9. Están el proceso de crecimiento: “De la endeble parcela de la adolescencia y juventud no exijas frutos de adultez y madurez”.
.
Carai Gorka,
Preciosa entrada y tienes razón, hay que jugar siempre pensando que se va a ganar y que podemos conseguir los retos que nos propongamos. Como diría alguien «be water, my friend». Adáptate al medio.
Y a ese amigo que tenemos en común decirle lo maravilloso y fantástico profe que es. Que se lo crea y lo luche. Sé que está en ello y por ahora lo está consiguiendo. Solo falta que se lo acabe de creer. Para todo lo demás, ahí estoy yo y ahí estás tú y todos los que le queremos.
Muaks
Comentarios por Maru — 29 enero , 2013 @ 10:33 am
Maru sin duda la motivación es clave en cualquier trabajo
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:07 am
No soy muy deportista y menos aún futbolero pero aquello de «un partido dura 90 minutos«, «no hay enemigo pequeño«, «todas las espadas están en alto» y «hay que sudar la camiseta» se me quedó grabado, cuando aún me interesaba algo ese mundillo. Balonmano, baloncesto o fútbol, me vale como metáfora de lo que quieres comentarle a ese amigo tuyo.
Yo también tengo otro amigo al que le van a venir muy bien esas normas que estableces para alumnos con o sin flictivos, que se las voy a pasar con tu permiso. Creo que le van a venir muy bien en estos tiempos que corren y con una vuelta al cole bastante problemática. Falta de respeto, de solidaridad, de convivencia, de educación -me dice- que es el pan nuestro de cada día en su centro. Solo le dejan como alternativa la expulsión y la resignación: «al final te acostumbras y no te parece tan horrible«, es el consuelo que le ofrecen sus compañeros.
Yo sigo horrorizado…
Comentarios por Marcos Cadenato — 29 enero , 2013 @ 11:32 am
¿Te acuerdas de la final de la Champions de 2005? Jugaban el Liverpool contra el Milan. Durante el primer tiempo el Milan endosó un contundente 3 – 0. ¿Llegó el descanso y comenzó la segunda parte y qué pasó?
Si no lo recuerdas investiga.
¿Quién se atrevió a decir que segundas partes nunca fueran buenas?
Comentarios por Gorka Fernández — 30 enero , 2013 @ 1:07 am
[…] Este domingo pasado aprendí una lección más y no será la última “nunca des por supuesto nada, antes de que termine el partido“. […]
Pingback por Decálogo para trabajar con adolescentes CON o SIN flictivos | #TuitOrienta | Scoop.it — 29 enero , 2013 @ 2:31 pm
Buenos consejos y un excelente decálogo (aunque el paréntesis del punto 10, a veces, desgraciadamente, es discutible). Y mucho ánimo para ese amigo.
Comentarios por Carlos Diez — 30 enero , 2013 @ 7:48 am
Cierto. Ayer oi a uno de estos jenizaros decir que su madre le había pedido al novio de su hermana una petaca para que la pudiese sacar en Carnaval. Así nos va.
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:09 am
El triunfo de Dinamarca estaba casi cantado, Gorka… Buena comparación la que estableces entre ese encuentro y la labor en el aula.
Guardo esos diez consejos como oro en paño.
Como curiosidad, siempre me ha parecido sufridísimo el portero de balonmano.
Ánimo, Marcos. Seguro que encontrarás edmodo de seducirles.
Comentarios por Aster Navas — 31 enero , 2013 @ 8:51 pm
Lo que está claro que fue un partido de balonmano aburrido. Lo bueno es cuando los dos equipos están apretados en el marcador y hasta el último momento no se resuelve, señal de que ambos se están esforzando.
¿Portero de balonmano? Algún día publicaré em Atiza «La soledad del portero de balonmano» emulando a Allan Sillitoe.
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:13 am
Gracias, Gorka, por esos consejos: me vienen muy bien. Este año tengo un PQPI y resulta descorazonador casi a diario. Requiere un ritmo lento como bien dices, y mucha paciencia. Es verdad que no podemos dar por perdido el partido desde el comienzo, pero hay también un problema: estos programas llegan en los últimos cinco minutos de «su partido», en unas edades y niveles en los que es difícil remontar la goleada. Me pregunto a diario por qué no se hizo antes, por qué los dejamos hundirse para tender una mano cuando están casi ahogados. Habría que pararse a revisar algunos de esos presupuestos que bajo la digna máxima de la ‘igualdad de oportunidades’ están condenando a muchos chavales al fracaso sin darles alternativas desde el primer momento, porque podemos empezar a salvarlos a los trece y no a los dieciséis.
Comentarios por Toni Solano (@tonisolano) — 1 febrero , 2013 @ 8:53 am
Ya lo dice Wert hay que estudiar pensando en la salida con en lo que le gusta al chaval. Aquí hay que legislar pensando en Alemania no lo que se necesita.
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:15 am
Me ha gustado mucho el cuestionario que recoge fórmulas básicas pero que a veces se olvidan. Combinar cercanía con seriedad, respeto compartido… Un aspecto que es básico, aunque a veces se pone muy difícil, es creer que pueden, tener expectativas altas sobre sus posibilidades. Los alumnos “huelen” de un modo especial nuestras actitudes implícitas y rápidamente detectan si crees o no en ellos. Qué bien recibir consejos así. Un abrazo para ese amigo. Todo mejorará.
Comentarios por Blogge@ndo Seminario — 1 febrero , 2013 @ 11:15 pm
Sin duda.
Creo que debemos pensar siempre que son personas válidas y que va a poder superar el curso porque «ellos lo valen».
Un forma de utilizar positivamente el efecto Pigmalion.
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:17 am
Confianza y afecto (el orden no altera el producto). Tu decálogo es casi un manifiesto. Un texto imprescindible. Gracias Gorka por compartir experiencias vitales y por dar la mano a quien la necesita.
Comentarios por lenguablog Lu — 3 febrero , 2013 @ 9:06 pm
Lu a mí, en esta línea, me cautiva esta película documental:
Comentarios por Gorka Fernández — 6 febrero , 2013 @ 8:19 am