El debate parece haber muerto en los comentarios de los blogs. Y me sorprende pues sigue siendo, desde mi punto de vista, el formato más adecuado para empezar a sumar nuevas voces que aporten nuevos puntos de vista o retomen antiguas discusiones. Tampoco creo que el problema sea la etiqueta o educada corrección entre colegas.
Es más bien un problema de planteamiento y de nivel de concreción pues olvidamos presentar los vibrantes temillas de la inesperada cotidianidad escolar. Un buen ejemplo de lo que estoy escribiendo es la pasión que se encendió en los últimos comentarios de un post sobre una actividad concreta que presentó Lu. Esa incertidumbre que nos asalta se debe hacer debate pues, a veces, solo así puede surgir la solución.
Por eso, se me ha ocurrido que puede ser interesante experimentar con un contenido y un formato nuevo que favorezcan la reflexión y la participación: partiremos de una duda pedagógica real a la que se le proponen varias soluciones en una encuesta que quien quiera puede matizar en un comentario . Es interesante, claro está, evitar posturas tibias que casi nunca animan el debate.
Veamos como funciona esta primera demo en estas fechas con tiempo para casi nada:
Un día cualquiera, en un centro de la Eso…
- Unos alumnos piden la cámara de vídeo para grabar el fin de semana un videoclip que les permita subir nota en la clase de música.
- Este vídeo recoge imágenes del “deporte urbano” parkour que consiste en dar saltos y escalar por el mobiliario urbano. Saltos incluso de dos metros.
- Preparan el montaje con entusiasmo en sus horas “extraescolares” que al ser presentado al público levanta los aplausos de todos sus compañeros.
Buen verano a todos y recordad que debajo de la Red, hay arena de playa.
Patxo Landa
Post scriptum: Han sido muy interesantes las aportaciones, incluso las contradicciones en las que nos movemos como profesionales y como padres. No ha habido una opción ganadora: se reparten el porcentaje por igual la primera y la última opción. ¡Ah! la incertiudumbre nos perseguirá siempre entonces…
Lo que sí parece una estupenda idea es lo de preparar un escrito para que lo firmen y se responsabilicen del material y nos expliquen la justificación pedagógica del préstamo del material del centro. Nos ponemos a ello.
Pienso que llamar a los padres. Es bueno que sepan lo que sus hijos hacen y sobre todo si son menores de edad. Somos educadores, tanto dentro como fuera.
En una ocasión, siendo tutora, me enteré de que una de mis alumnas estaba siendo maltratada por su novio, me rogó y rogó que no se lo contara a nadie. Intenté convencerla para que buscara ayuda y dejara a su novio y aunque traicionaba su confidencia llamé a sus padres. Sentí que mi deber era hacerlo así y no me arrepiento.
Que pases un buen verano, Patxo. Descansa y disfruta de tu familia. Hay que estar siempre ahí.
Comentario por Ana — 17 junio , 2010 @ 2:30 pm
Ana,
Yo creo que hiciste bien con tu alumna. Hay temas que hay que afrontar sin concesiones. Tú fuiste valiente, por un lado, pero diste también el paso previo que a muchos profesores se les pasa: dar la confianza suficiente para que la alumna se acercase a ti. Eso no se enseña en la Uni.
El tema de mis alumnos es diferente porque objetivamente no es nada que hagan a escondidas o esté fuera de la ley y, además, podría perder esa confianza que tienen en mí. Por eso me ha costado tanto tomar una decisión.
Buen verano que este año ha sido intenso para todos. Un fuerte abrazo.
Comentario por Patxo — 19 junio , 2010 @ 8:28 am
He elegido la primera pero creo que las tres opciones tenían un pro y un contra, en el mismo item.
La primera, por ejemplo, para mí tiene el inconveniente de pensar que al ser fuera de la escuela no me debo preocupar.
Y ahora voy a ver el vídeo que me temo que será sobre parkour.
Feliz verano para ti también Patxo.
Comentario por Gorka Fernández — 17 junio , 2010 @ 4:25 pm
Empiezo a ver el vídeo
¿Para qué pusieron escaleras mecánicas?
El parque verde ese era frecuentadísimo por mis alumnos.
Otra forma de entrar en el poli.
Ortuella ese pueblo donde alguien siempre te mira por encima del hombro ¡Madre mía cuanta cuesta!
Me ha gustado el vídeo y sobre todo ver esos rincones juvenil.
De nuevo feliz verano.
Comentario por Gorka Fernández — 17 junio , 2010 @ 4:34 pm
Sabía que te iba a gustar. Y está claro, sobre todo, que la escuela debería intentar dar respuesta a los problemas reales de los alumnos pero en este caso ¿esta actividad es un problema? Tampoco podemos hacer todo el día de policías…
Muy bueno lo del chiste de que siempre hay alquien que te mira por encima del hombro…
Buen verano en tu Algaba.
Comentario por Patxo — 19 junio , 2010 @ 8:35 am
He elegido la primera opción, pero es posible que también llamara a los padres para que vieran las virguerías que son capaces de hacer sus hijos (me parece un riesgo «asumible» e incluso con aspectos muy positivos: acabo de leer en la wikipedia que un buen traceur nunca molesta a la gente o al entorno, nunca pone en peligro su propia vida si no está seguro de que conseguirá cierto salto y nunca compite contra otras personas
Si se hubieran grabado haciendo botellón… o una pelea o… la cosa sería distinta: llamaría por deber, si son menores.
(Me ha encantado el video; en Güeñes tuve a unos alumnos que en el recreo no hacían más que hacer mortales y otras piruetas… y yo -igual soy un inconsciente- les halagaba y animaba).
Comentario por Carlos Díez — 17 junio , 2010 @ 8:35 pm
Veo el vídeo, leo las respuestas ante la acción de los chicos y nnguna concuerda con lo que yo haría. Creo que depende, en gran medida del tipo de alumnado. Muchos de mis alumnos son «chicos de la calle», con familias desestructuradas, socioeconómicamente desfavorecidas, utilizando un eufemismo suavecito, carencia afectiva, absentismo escolar, adicciones algunos de ellos con trece años… en estas condiciones, y teniendo en cuenta lo que apunta Carlos sobre los valores de los traceurs, tan diferentes a los que ellos ven y viven a diario, yo les animaría a seguir y aprovecharía la situación y su interés por el tema para «traerles a la escuela y aprender a través de los saltos». Tiene mucha explotación didáctica, sin duda.
Un saludo a todos y feliz verano.
Comentario por Maite — 17 junio , 2010 @ 10:34 pm
Maite, Carlos
estoy de acuerdo con vosotros. Les he visto trabajar montando el vídeo y nunca había visto tanta energía. La actividad es interesante, atlética, divertida, estética, con una filosofía detrás…Sin embargo, estoy casi seguro de que la aparición de la cámara les ha dado un puntito extra para «jugársela», para arriesgar más…y ahí puede estar el verdadero peligro.
Comentario por Patxo — 19 junio , 2010 @ 8:48 am
Sinceramente, no me convence ninguna de las tres alternativas… y no sé qué haría si me tocara. En frío no sé qué hacer ni qué de decir… El vídeo me parece genial, me parece una actividad un poco peligrosa, pero me ha gustado mucho…
De todas formas, supongo que me preocuparía más las posibles repercusiones -digamos- académicas (profesores, padres, dirección…) que cualquier otra cosa porque a los alumnos seguro que les encantaría… Sinceramente, en frío no sé decir qué haría en este caso…
Arena, sol, playa, olas y mar…. ¡¡¡lo necesitamos ya!!!
Comentario por Marcos Cadenato — 17 junio , 2010 @ 10:45 pm
Pues no sé, Patxo: nos pones en un brete.
Me debo estar haciendo muy mayor o soy uno de esos padres «helicópteros» superprotectores: un ligero traspiés en esas barandillas y esos chavales se abren literalmente la cabeza. Claro, compañero, que tal como lo planteas -«una charlITA con sus hijos»- esa opción resulta muy antipática.
No creo tampoco que en una escuela 2.0 centro y familia funcionen como departamentos estancos.
Un abrazo.
Comentario por Aster — 18 junio , 2010 @ 12:02 am
Marcos, Aster,
ahí está la clave. Actividades en la frontera como esta, los alumnos las hacen a cientos cada fin de semana. Sin embargo, de repente la escuela aparece favoreciendo una nueva dimensión de la actividad. Ni la crea, ni la impulsa, ni la anima…pero la recoge y la mejora. Ahora es el momento, además, de juzgarla. Porque «problemas» así vendrán cada vez más.
Comentario por Patxo — 19 junio , 2010 @ 8:42 am
A mí el parkour me encanta. Cuando era chiquita nos fugábamos de la escuela por una peña. Los padres lo sabían. Las monjas, también. Nadie dijo nunca nada. Era un juego peligroso, claro, pero mejor que otras prácticas más censurables en aquella época, como fumar en los lavabos. Sé que dar saltos entraña riesgos, pero también saltar al plinton en un gimnasio con una profe presente o correr la carrera navette porque el profe de educación física se empeña en que todos pueden poner sus fuerzas al límite. ¿Alguien tendría una charlita con el profe para decirle los riesgos cardiovasculares que algunos alumnos corren? Yo os contaría unos cuantos casos.
Yo hubiera hablado con los padres antes de prestar la cámara, es decir, les hubiera dicho que sus chicos querían filmar un vídeo con material escolar y que el centro se lo prestaba bajo su responsabilidad (con firma y fecha). De esta forma, los padres hubieran tenido que preguntar para qué lo necesitaban y así, como quien no quiere la cosa, quizá se hubieran enterado de qué hacían.
En cualquier caso, si los padres no conocían las habilidades motrices de sus chicos, el vídeo habrá jugado un papel educativo, pues servirá para que los padres conozcan a qué dedican el tiempo libre sus retoños.
Comentario por Lu — 18 junio , 2010 @ 9:26 am
Lu,
aporta algo interesante como siempre. voy a preparar una hoja para el préstamo de material… no me ha qudado claro quién lo firma, los padres o los hijos. Como mi centro es casi familiar (y las peticiones para hacer trabajo extra, pocas)nunca nos habíamos preocupado de ese tema, pero es muy interesante.
Imagino que sus padres sabrán lo que hacen sus hijos pues Ortuella es un pueblo pequeño. Yo he aprovechado para darles la «charla»: nada de alcohol, cuidado con saltar coches y propiedades privadas, no molestar, no entrar en discusiones con los vecinos y usuarios, comprobar bien la altura, el estado de las vallas, no forzar a ningún amigo a hacerlo… me escuchaban con interés, fue una puesta en común en corrillo informal muy interesante.
Buen verano, Lu. Todavía nos quedan muchas cosas que aprender mediante los blogs.
Comentario por Patxo Landa — 19 junio , 2010 @ 9:06 am
Apuesto también por soluciones intermedias. A mí me convencen enseguida de casi todo y me emociono sin prever las consecuencias. Creo que es bueno dejarles margen para sus iniciativas, pero también sé que los padres deben estar al corriente. Como dice Aster, yo convertiría la ‘charlita’ en una apología de la actividad, como trabajo académico (¿sabes las competencias básicas que se desarrollan en ella?), aunque de paso dejaría caer que, como padre, preferiría un cortometraje con personajes de plastilina.
Buen finde.
Comentario por Toni — 19 junio , 2010 @ 8:53 am
Toni,
interesante esa dualidad no fingida. Está claro que la actividad tiene un claro papel educativo desde el mismo momento que ellos saben que la escuela ha respondido a sus demanadas, ha sido el ámbito en el que han encontrado el reflejo de sus deseos de éxito. La satisfacción, por fin, con algo que les proporcina la escuela ha sido altísma y por ahí debemos empezar: hasta ahora ha sido un poco, «todo para los alumnos, pero sin los alumnos» y ya es hora de hacer no solo cosas para los alumnos, sino con los alumnos… Y esa filosofía antiilustrada, esa emoción a veces, te obliga a asumir riesgos. Riesgo controlados claro: hablaré con su tutor para que se lo comente el día de la entrega de notas…
Comentario por Patxo Landa — 19 junio , 2010 @ 9:16 am
Yo hubiera hecho exactamente lo que dice Lu.
Comentario por Carlota Bloom — 19 junio , 2010 @ 10:33 am