Un excelente libro de cabecera. Es lo que suelo decir cuando alguien me pregunta por algún título de la serie Millennium: tienen el grosor justo para apoyar la cabeza en la playa, dejándonos las cervicales en un ángulo bastante ergonómico. Esa característica los ha convertido en los libros del verano.
No voy a entrar aquí a valorar la calidad de Larsson. Si traigo aquí a Mikael Blomvkist, si hago subir al estrado a Lisbeth Salander, es por una cuestión bastante más preocupante: la publicidad por emplazamiento.