De mi último post sobre diccionarios y vocabularios entresaco algo que ha sido destacado por algunos de los lectores de Tres Tizas y que por mucho que se insista, nunca será suficiente: el profesor de Lengua –cualquier profesor- no puede permitir que los alumnos olviden su lengua materna, hecho que recomiendan todos los expertos en segundas lenguas. No hace demasiado tiempo, se recomendaba que el alumno en el aula no utilizase en ningún momento su lengua materna e incluso se animaba al profesor que impidiese su empleo. Afortunadamente la teoría ha cambiado y la práctica también.
Decía Don Miguel de Unamuno “Filología es filosofía” y recuerdo ahora que un antiguo profesor universitario nos explicaba en su día que las lenguas “son gafas que nos permiten ver el mundo de una manera determinada”. En pleno Tratamiento Integral de la Lenguas (TIL) parece necesario replantearse la manera en que afrontamos nuestro trabajo con alumnos cuyas lenguas maternas no son las lenguas curriculares, máxime cuando son dos o tres las lenguas que tienen que aprender. Son muchas las filosofías y muchas las gafas y las monturas que podemos utilizar para captar la realidad.
En las comunidades bilingües además del castellano, cualquier alumno estudia euskera e inglés, es decir, un adolescente debe acreditar un conocimiento mínimo de tres lenguas en la ESO. Es por esto por lo que a través de los vocabularios que mostramos semanas anteriores el profesor de Lengua puede abordar de manera precisa las distintas lenguas de instrucción, sin olvidar las diferentes lenguas maternas. Español, euskera, inglés, rumano, portugués, chino, árabe o coreano son lenguas que se pueden escuchar en mis clases. Sin perder de vista que somos profesores de Lengua, acostumbro a que mis alumnos respeten las otras maneras de pensar, de hablar y de actuar; y no es fácil, pero desde aquí es desde donde tenemos que empezar a plantar estas semillas para recoger esos frutos que deseamos recoger en el futuro.
Es conveniente que la multiculturalidad se aprecie en el aula, en sus diferentes lenguas, acentos, además de en los rostros, en las pieles y en las costumbres. Junto a la navidad, hay alumnos que celebran el ramadán; junto al arin-arin, baile típico vasco, aparece la capoeira o ritmos arábigo-andaluces. En fin, no hay una sola verdad, una sola y única lengua y nadie es más o menos por vestir, hablar o pensar de forma diferente y os aseguro que, muchas ocasiones, no es fácil ni lograrlo ni transmitirlo…
Os dejo algunas de las grabaciones que hemos realizado estos días en los diferentes idiomas de la clase y que nos han permitido abordar esa multiculturalidad de manera real. Hemos utilizado un programa muy sencillito que mencionamos aquí hace unos meses para hacer las grabaciones: Audacity, y hemos colgado nuestras producciones en un servidor gratuito como Boomp3. He procurado que de forma natural todos reconozcamos la inmensa suerte que supone poseer esta riqueza cultural y juntar en 30 metros cuadrados hasta siete lenguas diferentes. Esta es la escuela de la vida; esta es la diversidad hecha voz…
En este blog podéis consultar cada una de las diferentes grabaciones que hemos realizado en las ocho lenguas de la clase: rumano, portugués, inglés, euskera, español, coreano, chino y árabe.